martes, 27 de noviembre de 2007

Prólogo. Parte 1.

Erase una vez un prefacio que fue escrito (como tantos otros) sin leer la obra, solo con la idea de esta. Mas esto no fue óbice, ni lo es ahora, claro está, para que este prefacio salga adelante.

Desde aqui les deseo a ustedes todos los parabienes del mundo, esperando divertirles con nuestras soeces ocurrencias, que no lo son tanto si bien se examinan, pues el alma humana muestra un botón, que un mundo esconde trás de sí. ¿Quienes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Mas, ..., que diantre. !Viva el dios Baco!, (o Dionisios creo recordar que le llamaban los griegos), el dios (con minúsculas) del vino y la embriaguez, que saca de las entrañas del hombre su lado oscuro y violento, haciéndole tan fuerte, que nadie le puede tocar. Allí donde la vida no tiene valor, allí ha ido nuestro amigo, caminante sin camino, vagabundo de sitio fijo, infinito es ... ¿infinito? No creo. ¿Te refieres a una cualidad humana infinita? Esto, ..., sí. !Que dices! Todo es comedia, aqui no pasa nada, ... ¿Qué es la realidad? !Nada humano es infinito, botarate!, ..., excepto la estúpida majadería de algunos.

¿Que pasa? ¿Dónde estoy? !Oh!, perdonadme, ha sido un momento de debilidad, no volverá a ocurrir (¿o si?). Eso de que todas las cosas que suceden en el pasado, sucederán en el futuro, ¿tendría sentido? ¿Por qué lo preguntas?... ¿Por qué? Es una buena pregunta, mejor rectifico, es la pregunta por antonomasia, !porque sí!, es la pregunta de la curiosidad, !porque sí!, es la pregunta que desazona al hombre, !porque le da la gana!, es la pregunta del "to know or not to know. What's the question?", !porque le da la gana!, es aquella que representa mejor el intelecto humano (si es que existe), aunque yo siempre he creido que de estas preguntas en la mayoría de las conversaciones no sale la luz sino chispas... ¿Por qué? Preguntarás en balde.

ESTO VIR irá hacia él, como un clamor.

Se levanta, da una vuelta, y sueña, un sueño donde realiza mil proezas, y donde soy el mejor. La luz apacible..., y !!Esperpento!!

Prólogo. Parte 2.

Aquí estoy de nuevo, para hablar de todo, reflexionar sobre algo o nada, y pararme a pensar y ver con simpatía como transcurre la vida dentro de una sociedad. Somos la generación que tenemos que solucionar la crisis de ideas, definir el nuevo esquema del mundo, partiendo de unas premisas totalmente nuevas, y antes inexistentes.

Pero, ¿qué sociedad queremos? Yo quiero una sociedad que no coarte mi libertad ni directa, ni indirectamente, y que me proteja, que es para lo que nacieron; sin embargo, miro la actual, y qué veo, !todo lo contrario!, es el hombre el que está viviendo para la sociedad, no la sociedad para el hombre, ..., el hombre, el hombre, ¿cuánta gente a lo largo de la historia se habrá formulado la pregunta de qué es el hombre?... !!Es un ladrón, es un borracho, y un bestia!!... ¿Quién ha dicho eso?... !!Pio, pio, que yo no he sido!!... Asqueroso hipocondriaco, has vuelto de nuevo a las andadas, hablando lo "mismo mismito", que los que no tienen dientes, con una pronunciación floja y sibilante, como si te estuvieses comiendo tus propios labios..., me estoy desvaneciendo en mis palabras a esa hora en la que todo el mundo se acuesta, y las luces que están delante de mi ventana se van apagando, sin prisa, pero sin pausa; he sido feliz, arranco a mi memoria, en estos momentos de relajamiento, estos recuerdos, entre otros muchos.

Soy tímido, risueño y pacífico; eso es lo que creo, ante los esperpénticos retazos de mi vida, que se presentan ante mi, en la quietud de mi nexo. No te extrañes cuando me leas si a veces te desconcierto, saltando de un tema a otro con pasmosa facilidad, ya que vuelan mis pensamientos, escribiendo gloria, talento, y soledad. Sentado que tu hubiste, situásteme tu enfrente, dispuesto a leerme, mas mi falta de histrionismo no me dispone para el debate sin sueño, pero soñando.

La sociedad..., !!no!!, empiezo a sentir una opresión interna que me asfixia, una rápida y meteórica claustrofobia cada vez que hablo de este, y algunos otros temas, que actualmente estan tan manidos. Debo buscar de nuevo en las fuentes, y escoger lo antes despreciado como idea, examinando en estos momentos con mas tiento. !Ya está!... !Sé breve! Quiero contar muchas cosas, pero para que me escuchen debo ser breve y ameno... !!Buena reflexión cacho pesao!!... !No empieces, no empieces!!... ¿Por qué?...

!Ahhh!, el hombre sin nombre, el protagonista que no se llama, tiene la palabra.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Página 1

Una ligera bruma recorría las calles de la ciudad, llenándolo todo de imágenes sugestivas, sombras fantasmagóricas y rincones helados.

Diríase que el paisaje que se extendía ante mis ojos acabase de salir de algún pueblecillo escocés.

Poco a poco el escaso viento y los tímidos rayos del sol hacían jirones la entretejida maraña de niebla.

Mis huesos crujían lentamente mientras me estiraba delante de la ventana. El espectáculo que se ofrecía ante mi vista evocaba en mi recuerdos de alguna película que luchaba por mantenerse en el recuerdo. Con un movimiento brusco, causado seguramente por la contracción de unos músculos no demasiado acostumbrados a tan magno esfuerzo, regresé a la realidad. Un frío intenso recorría todo mi cuerpo, así que tuve que pensar rápido, era el momento de volver a la cama, ya estaba bien de hacerse el héroe.

Al cabo de dos horas desperté sobresaltado y totalmente empapado en sudor, una de mis pesadillas me había estado acosando de nuevo. Dejé que mi corazón recuperara su ritmo habitual (...) y me dirigí con paso torpe hacia el maldito baño.

La casera de la pensión era una tacaña, de eso estaba seguro, la muy guarra cobraba por el uso del agua caliente, como si el dinero se pudiera regalar al primer extraño que encuentras tirado en la calle. Como aquella mañana no andaba

domingo, 4 de noviembre de 2007

Página 2

muy sobrado de parné, decidí únicamente refrescarme la cara y el pelo. Su frío contacto me hizo estremecer, pegué un tirón a la toalla y el toallero acabo por escapar de su prisión, para hacerse añicos contra el suelo. Lo que faltaba, éramos pocos y parió la abuela, menuda bronca me espera, que si no sabes cuidar lo que es tuyo, que de donde iba a sacar ella otro igual, que si patatín, total a descontar del mísero sueldo. En fin lo recogería más tarde. Tenía cosas más apremiantes que hacer, como por ejemplo, desayunar.

Me vestí rápido y salí a la calle, dentro de poco tendría que llevar la ropa a lavar, pero de momento sobraba. Avancé con un rumbo fijo, el bar de Luis, siempre abierto a estas horas.

Las manzanas pasaban rápidamente, pero cada día me costaba más llegar, el reuma me estaba matando poco a poco y yo ni siquiera lo sabía.

El médico me lo advertía muchas veces, Pero yo siempre me reía de él, si tengo que morir moriré, pero no dejaré de hacer ciertas cosas, no señor, si no la vida no sería lo que es ahora, una maldita basura.

Por fin apareció ante mis ojos la puerta de cristal y la persiana de plástico desvencijada colgando detrás de ella, la propaganda de refrescos y cervezas acababa de completar el espectáculo, las pegatinas viejas y ajadas por el tiempo impedían la visión más allá del cristal, el típico cartel de

sábado, 3 de noviembre de 2007

Página 3

"PERROS NO" y "NO SE SIRVE A MENORES DE EDAD" hacía el resto. Al lado de la puerta, la cristalera grande permitía una visión panorámica de la barra y las estanterías colocadas detrás de ellas. Una vieja y grande máquina registradora descansaba en un extremo de la barra. Varios fluorescentes y un ventilador de cuatro aspas colgaban de un techo a medio pintar, las paredes, de verde, sujetaban algunos posters, uno de ellos muy subido de tono que alegraba la vista al personal, casi siempre hombres rudos con poca cultura, que solían frecuentar el local. Aún sí las peleas y alborotos eran escasos. Venían, tomaban posición de la barra y empezaban a chupar como si de esponjas se tratara, a esas alturas sus penas estaban más muertas que la vieja a la que atropelló el camión de la basura la noche pasada, los conductores estuvieron a punto de arrojar el cuerpo al camión pero una patrulla les paró los pies, bonito tema para algún programa de televisión que últimamente gustan tanto a la gente, basura sobre basura. Al parecer la vieja no tenía familiares, ni ná, así que no creo que hubieran llorado su perdida. Me largué de allí antes de que la policía reclutara a varios testigos para pasar la noche en comisaría, aunque fría, prefería mil veces más la habitación donde dormía.

Camino de la pensión una prostituta salió a mi encuentro, su cuerpo delgado y sus ojerosos ojos debido sin lugar a dudas a la droga y la mala vida hicieron que apretara el paso y me alejase cada vez más de aquel lugar. Vagué por interminables

Página 4

callejuelas, parques vacíos y llenos a la vez de jeringuillas, me mantuve a la sombra de varias peleas callejeras, visité tres o cuatro bares más y como por casualidad me encontré delante de la puerta de la pensión, subí las escaleras a trompicones tratando de hacer el menor ruido posible, aunque dado el estado en que me encontraba era bastante difícil, llegué a la habitación y me desplomé sobre la cama. No podía más. La habitación giraba y giraba a mi alrededor mientras el poster de Marta en la pared se reía de mi y aquel payaso colocado en la mesilla parecía querer matarme, de un manotazo lo aparté y se hizo añicos contra la pared, entonces la cama empezó a moverse y chocar contra las paredes, hasta que al final la paz invadió mi cerebro y conquistó el sueño. Juré no volver a beber jamás.

El bar parecía desierto desde donde yo me encontraba, lo cual no resultaba nada extraño si tenemos en cuenta la hora que era. Crucé la carretera lentamente, dejando que la gabardina que llevaba ondeara al escaso viento que reinaba esa mañana.

Realmente este era uno de los momentos con los que más disfrutaba, imitando a un famoso actor cuyo nombre desaparecía en mi cerebro por obra y gracia de el alcohol.

A estas horas de la mañana ningún coche podía molestarme así que me recreaba verdaderamente cruzando el duro pavimento, lo único que echaba de menos eran esas dos puertas de madera abatibles que solían tener todos los salones del lejano oeste, lástima, no se puede tener todo en la vida.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Página 5

Empujé la puerta con fuerza creyéndome todavía un vaquero, pero esta no cedió ni un milímetro, una vez superada la sorpresa volví a empujar la puerta, pero seguía sin querer abrirse, la muy cabezota. La sorpresa inicial dejó paso a la perplejidad. Creo que pasó algo más de un minuto, antes de volver a mover algún músculo, cuando por fin lo hice, retrocedí varios pasos y me fijé atentamente en la puerta. Reparé entonces en un pequeño papel cuadriculado y amarillento que se encontraba pegado con un tosco trozo de esparadrapo a la puerta. Me acerqué para leerlo.
"MUERTE POR DEFUNCIÓN", una ligera sonrisa se dibujó en mi cara, había leído mal, "CERRADO POR DEFUNCIÓN".

La sonrisilla se trucó en frustración, que cruel es la vida, porque unos mueran, los otros ya no pueden desayunar.

Me alejé del lugar con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, avanzaba lentamente pero sin pausa. La melodía de alguna canción perdida rebotaba constantemente en mi cabeza, era la única forma que tenía de no pensar en nada.

Los primeros rayos de sol empezaron a despuntar detrás de las montañas y las primeras personas que veía se dirigían con paso trémulo a sus lugares de trabajo. Los coches empezaron a inundar la calzada, como cada día, niños y más niños correteaban detrás de los otros camino de las aulas, las amas de casa madrugadoras recorrían los "super" en busca de la mejor oferta del día. Paseantes con sus perros inundaban los